No soy "cool"

MovimientoE3 termina sus particulares «normas de la casa de la sidra» con un:
En resumen: ¡BE COOL!
Este debe ser su décimo mandamiento. Les resumo los otros nueve:
– Sé amable
– Sé activo
– Sé comprensivo
– Actúa dentro de la legalidad
– No cuelgues pornografía
– No cuelgues nada de violencia
– Ni incites
– No ataques
– No intimides
Por si no me conocen, les diré que yo no soy nada, nada «cool».
Algo que, por otra parte, no me preocupa demasiado, ya que el sentido de «cool» siempre me ha venido traducido y nunca lo he entendido muy bien.
Pero si ser «cool» es cumplir con los nueve puntos…

Pues tampoco.

O mejor dicho, depende.
Hay momentos que requieren ser desagradable, pasivo, no comprender las mentiras, sortear la ley, oponerse a la violencia mostrándola, incitar a pensar, atacar las desigualdades e injusticias, intimidar al poder, y hasta disfrutar de la sensualidad y de la piel humana.
Y creo que este es uno de esos momentos. Basta ver mis últimos post. Basta ver lo que pasó ayer en Barcelona. Tiempos antiguos. Tiempos nuevos. Hay que saber ver. Y oir. Pero no callar.
Así que aviso: no soy «cool».
Apéndice: Aunque no es exactamente de este tema, esta imagen, de otro post,  me vino a la cabeza:

Nota: si quieren comentar, la manera más cómoda es hacerla como usuario anónimo, poniendo su nombre o no en el comentario. Blogger tiene la mala costumbre de pedirles contraseña de Google y si no, pedirles abrir una cuenta.

>eVENTOS (acerca de GEF 2010… y otros)

>

Como otras veces, comentar en un blog me lleva a plantearme o plantarme aquí y escribir un post.
En el blog «Una tiza y tú» de Carmen González he leído hoy su crónica del GlobalEduForum 2010, realizado en Madrid la semana pasada, y sin pensármelo mucho, como suelo hacer cuando comento, he escrito:
Desde… que allá por marzo de 2007 asistí a mi primer evento TIC en Barcelona, DIM-Aulatic, pagado de mi bolsillo, solicitando permiso en mi trabajo, con gran curiosidad y ganas de aprender, creo que pocas cosas han cambiado. La conferencia inicial de Javier Martínez Aldanondo sobre «Tecnología, el caballo de Troya para la Educación» y la final de José Tejada sobre «TIC y Educación: del cambio a la innovación» publicadas aquí un año y medio después me siguen siendo válidas.
Desde entonces he asistido presencialmente a otros eventos, Moodlemoots, Internet en al Aula, Aulablogs,… y otros los he seguido desde la pantalla de mi ordenador, como este último, la semana pasada, sin que, salvo la inclusión de talleres en Moodlemoots, Aulablog y otros,(sobre la que yo también sostengo algún reparo), note yo ningún cambio sustancial, nada que no fuese fácilmente sustituible con la lectura de las ponencias o el visionado de presentaciones y charlas.
Pero lo que sí noto, y me asusta un poco, es el aumento de esa liturgia y engrandecimiento abdsurdo de ponentes, la invasión comercializadora que bajo la pretensión de mecenazgo inunda pantallas y fondos de estos eventos, la pasividad de los/as asistentes, y la ausencia, cada vez más evidente, de los sujetos educativos: alumnado, profesorado y familias.
Como si se tratase de una nueva religión, los nuevos apóstoles, porque raramente verán allí mujeres, proclaman sus mandamientos, sueltan sus bromas, etiquetan simplistamente a profesorado y alumnado, generalizan y establecen teorías poco practicadas, y reciben aplausos y reconocimientos… hasta la próxima vez.
Así que yo me pregunto:
¿Evento viene de VENTA?
¿Y qué nos quieren vender?
¿El gran cambio educativo es que donde antes había portátiles ahora hay iPads y móviles?
¿Por qué, casi cuatro años después, siguen siendo válidos los mismos argumentos?
Tenemos muchas preguntas, pero 
¿Dónde están las respuestas?
¿Dónde está la práctica y sistemas educativos que las sustentan?
Por favor, no me vendan aire, aunque lo llamen wifi.
Los eventos educativos tienen que cambiar,…
y quizás no volverse a llamar eventos,…
pero eso será objeto de otro post,…
si encuentro las palabras,…

que quizás estén ya en mi comentario a Carmen. 😉

Saludos

Published in: on 21 octubre 2010 at 12:19 pm  Comments (5)  

CULPABLE

Hoy, según Facebook, soy un presunto violador (de la propiedad intelectual).
Mi delito: ilustrar un año de Internet en el Aula con la canción de Jorge Drexler «La Infidelidad en la Era Informática». El juicio y la sentencia han sido rápidos, sin defensa: retirada del vídeo y aviso pertinente. Ahora debo demostrar que podía usar esa canción. He escrito a Jorge Drexler en su web. Por el mismo motivo, por otro vídeo, lo he hecho en la web de Chambao. No espero gran cosa.
Vivimos tiempos extraños. Leyes y tribunales que encierran la cultura bajo un canon. Nuevas inquisiciones y policías tecnológicas. Permisos para compartir imágenes. Todo tiene un precio. Sustituimos redes abiertas por redes comerciales y capadas. Bajo la amenaza de no sé qué herejías, delitos y protecciones «intelectuales» se orquestan campañas y leyes que suprimen libertades, que silencian conocimientos. Viva lo privado, abajo lo público. Ya no veremos niños en las pantallas, sólo burkas y máscaras. Todos somos culpables hasta que no demostremos lo contrario.
Culpables de dejarnos arrebatar libertad, conocimiento y comunidad.
No, no me siento feliz hoy, no.

Published in: on 12 marzo 2009 at 11:37 pm  Comments (7)  

CULPABLE

Hoy, según Facebook, soy un presunto violador (de la propiedad intelectual).
Mi delito: ilustrar un año de Internet en el Aula con la canción de Jorge Drexler «La Infidelidad en la Era Informática». El juicio y la sentencia han sido rápidos, sin defensa: retirada del vídeo y aviso pertinente. Ahora debo demostrar que podía usar esa canción. He escrito a Jorge Drexler en su web. Por el mismo motivo, por otro vídeo, lo he hecho en la web de Chambao. No espero gran cosa.
Vivimos tiempos extraños. Leyes y tribunales que encierran la cultura bajo un canon. Nuevas inquisiciones y policías tecnológicas. Permisos para compartir imágenes. Todo tiene un precio. Sustituimos redes abiertas por redes comerciales y capadas. Bajo la amenaza de no sé qué herejías, delitos y protecciones «intelectuales» se orquestan campañas y leyes que suprimen libertades, que silencian conocimientos. Viva lo privado, abajo lo público. Ya no veremos niños en las pantallas, sólo burkas y máscaras. Todos somos culpables hasta que no demostremos lo contrario.
Culpables de dejarnos arrebatar libertad, conocimiento y comunidad.
No, no me siento feliz hoy, no.

Published in: on 12 marzo 2009 at 11:37 pm  Comments (7)